miércoles, 16 de febrero de 2011

The dB's - Stands For Decibels


¿Sabéis eso de los propósitos de año nuevo? Pues yo me hice uno, que en el fondo soy más tópico que un txikitero con txapela. Y decidí, innovando también, hacer deporte. Así que he empezado a salir a correr, más que nada por mantener y tonificar mis músculos tipo pertiguista alemán, no os creáis. Bueno, el caso es que me pongo siempre mi mp3, lo cual no sé si está resultando muy buena idea. Me explico. Lo que empieza siendo un trote a un ritmo constante con la respiración siguiéndolo perfectamente, se convierte en un desastre que sigue el ritmo de la canción de turno, bien sea la lentitud de la Melody Nelson del Gainsbourg como la casi locura de una de los Bad Brains terminando con mis bolas a la altura de los glúteos.

Pero si un disco me ha hecho pasarlo mal, ha sido este Stands for decibels de los dB’s, que no os aconsejaré nunca para ir a correr, ya que es imposible no centarse en él. Pero madre mía que pedazo de disco es. Y es que los dB’s son otra de las típicas bandas citadas cuando se habla de power pop. Sobre todo este disco, que es su álbum debut y el más recordado de todos.

Stands for decibels siempre me ha parecido muy gracioso porque casi se puede dividir en dos, según las canciones las haya compuesto Peter Holsapple o Chris Stamey . Si en las del primero lo que suena recuerda al pop luminoso que se puede esperar del power pop, en las del segundo se aprecia el tono arty de la new wave, dentro de canciones bastante accesibles también. Aunque te explicas todo al saber que Stamley había trabajado con los Television y Alex Chilton, lo que termina siendo un resumen de su estilo compositivo.


Empiezo a repasar Stands For Decibels entonces. Hay discos que empiezan poco a poco o con una intro para ponerte en situación y este lo hace dándote un mamporro en toda la cara. Que grande es Black and White, que nada más empezar parece que un rayo te cruza la espina dorsal. Le sigue una de las de, como decía antes, toque arty, Dynamite. Con una batería machacona, una forma de cantarla sinuosa y un teclao que nunca crees que podría quedar tan bien en cualquier otra canción. She’s not worried es lo que habrían hecho los zombies en la New wave, una canción con sabor a Beefeater, vaya.

Cuarta canción y comienza a sonar una guitarra como si se la das a tocar al primero que pasa por la calle. ¡Pero suena bien! Y enlaza con una melodía buenísima. Esta es, para mí, la que mejor representa esa unión entre power pop y post punk. Espionage y Tearjekin’ son, quizás, las más experimentales del disco. Pero, ojo, muy accesibles a la par que disfrutables. Y la parte más Stamleyana (que bonito me ha quedao) termina con Cycles per second, con un ritmo endiablado y algún paron, muy a lo los XTC de los primeros discos.

En este punto Holsapple toma las riendas, Bad reputation y su potencia abren la veda. Es muy clásica pero efectivísima, abriendo el camino para Big Brown eyes, que es una absoluta maravilla con una melodía que se recuerda para siempre. I’m in love le sigue con ritmo más acelerado, y un estribillo cantado como con desesperación. La penúltima canción es Moving in your sleep, el más calmado de los temas y que suena a los Big star por todos los lados. Es todo sutileza. Y para terminar Judy, que es otra genialidad. Con coro de voces y todo.


En fin, os recomiendo este Stands For Decibels de los maravillosos The dB’s que fue uno de os primeros discos de power pop que escuché y de los que consiguió que me enamorara de ese estilo musical. Hasta el punto que un día lluvioso como el domingo me tirase una hora buscando un directo de los plimsouls porque no sabía donde lo tenía y no pensaba en otra cosa más que ponérmelo en el tocadiscos…

viernes, 21 de enero de 2011

Simth Westerns - Dye it blonde


Hace unos días me ofrecí a poner la música (ojo, no pinchar, que eso no sé) de la inauguración del piso al que se acaba de ir a vivir un amigo mio. Y decidí buscar canciones que pudiesen agradar a las amistades varias que se pasen por allí, en otras palabras, traicionarme un poquito a mi mismo. Y es que como los que asistirán a tal “magno evento” sospecho que no compartirán mis gustos/obsesiones musicales jeje me he puesto a mirar blogs de “indis modernos” a la caza de singles bailables, aunque en la lista ya he metido a los scientists (los neocelandeses) y la versión del cruel to be kind que ha hecho Kurt Baker, que hay que dejar el sello personal.

Y resulta que en una de esas búsquedas me crucé con un single mucho más clásico de lo que me esperaba, pero con una capacidad de quedarse grabado en el cerebro asombrosa. Era Weekend, de los para mí desconocidos hasta entonces Smith Westerns, su frescura y urgencia adolescente me encandilaron y rápidamente busqué el disco entero, aún sospechando que me defraudaría. Y para mi sorpresa, sin parecerme tampoco una cosa asombrosa, me parece un disco notable.

Los Smith Westerns son unos chavales de Chicago, que rondan los veinte años y se nota que han escuchado mucho al amigo Mark Ronson y a Gorge Harrison. Me hace mucha gracia las pintas que llevan, entre modernillos y típicos chavales que han empezado a escuchar lo clásico con lo que se empieza. Algo así como pantalones pitillo y converse con camisetas de los led zeppelin o el transformer de Lou Reed. Y se notan esas influencias en este Dye it Blonde. Que por cierto, es su segundo disco. Bastante mejor que el primero en el que tiran a sonar a distorsión noventera como todos los grupos, que ensalzan en sitios tipo pitchfork, y que se creen que han inventado la pólvora tocando así y solo aburren haciendo lo mismo que se hacía hace veinte años peor que hace veinte años.

Bueno, paso a comentar el disco que es lo realmente importante aquí y es para lo que estamos. La primera canción que suena es la ya citada Weekend, y empieza bien el disco. Aunque al principio parece que la producción se la va a cargar, se crece y se crece. Le sigue Still New, algo más pausada y con toques medio surferos, no está mal. Imagine Pt. 3 está muy bien, más animada y bailable. Esta me recuerda a ratos a George Harrison, no sé, por alguna que otra salida. All day young quiere tirar a terrenos más profundos con su medio slide y su piano, no es de las mejores pero tampoco desentona. Y la primera mitad del disco se cierra con Fallen in Love muy en la línea de la canción anterior.

A estas alturas, casi no te has dado cuenta y estás en la sexta canción. La muy recomendable End of the night, en la que vuelven a pisar un poquito el acelerador y se agradece. Le sigue Only one, a mi parecer, otra de las destacadas. Desde luego, muy original no es, pero suena muy muy bien con una guitarra siempre en su sitio. Bajan otra vez la intensidad, con la apreciable Smile que a ratos roza el ñoñerío sin caer en él, muy buena, la verdad.. Vuelta a la velocidad con Dance Away en el noveno corte, aunque con cambios de ritmo y toques bowie en la guitarra. Y para terminar, Dye the world, que posee una melodía muy popera ( como todas las canciones, vaya) que deja un buen sabor de boca.


En fin, un disco sin grandes pretensiones que te hace pasar un rato bastante bueno. Y es que me parece bastante acertado el que solo tenga diez temas. Siendo un disco tan homogéneo, si lo alargas puedes terminar cayendo en el que todo se convierta en una plastaza. Así que os lo recomiendo, vaya. Y espero recomendaros más discos en breve que ando medianamente libre estos días.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Al Green - The Belle Album



Le tengo mucho miedo a este post. Si soy sincero, no sé por donde me va a salir. Y es que es la primera entrada sobre un disco soul que escribo. Y no sé por qué no lo he hecho antes, cuando es casi de lo que más escucho. Pero creo que me siento más seguro refugiándome en el pop. Y supongo que se debe a que pasar de un estilo superficial (aparentemente) a las cargas emocionales de profundidad de la música negra es un cambio bastante brusco.

Mucho me ha costado decidirme sobre que disco postear. Al final estaba entre el maravilloso Knock on wood de Eddie Floyd (os lo aconsejo fervientemente jeje) y este The Belle Album del reverendo Al Green. Dos discos muy distintos, sobretodo porque son de dos épocas bastante distintas. Pero ha ganado el gran Al, porque es de lo primero que empecé a escuchar en este estilo. Y es que este album del 77 me parece perfecto para iniciarse en el absorbente y bastísimo mundo del soul.

Pero vamos a lo importante, a The Belle Album. Es de los primeros discos después de que Al Green tuviese su “encuentro” con Dios y todas esas cosas y obviamente se nota en el tono medio religioso (digo medio porque en el gospel siempre me da la sensación de que cambias a la tía a la que va dedicada la canción por Dios y ya está, canción gospel) lo cual no hace que se disfrute el disco aún sin procesar la fe cristiana, por otra parte, como yo mismo.

Bien, empiezo con las canciones. Pones el disco y de entrada Belle, y siendo un poco burro, es un puto himno jeje. Una de esas canciones que te agarran del corazón y se lo llevan para no devolvértelo. Los míticos falsetes de Al Green, tan al borde casi del ridículo, a veces, aquí funcionan como un mecanismo de relojería. En serio, es de las canciones que te hacen aficionarte a la música. Çcasi cinco minutos de pura gloria.

Bueno, después de semejante maravilla llega Loving you. Más funky, no mucho, lo digo por los vientos y el ritmo. Pero muy buena también. El coro de voces además le sienta genial y se te graba en la memoria. Feels like summer le sigue, que un comienzo típico del soul clasicote de los 60 mas que de los 70, salvo por el bajo, continúa por el camino del “buen rollo”. La verdad es que siendo quizás de las cancoines menos inspiradas, resulta de notable alto.

Y de repente, Georgia Boy, o cómo una canción de siete minutos de duración puede pasar tan rápido. Con un bajo machacón durante todo el tema y el reverendo casi recitando con su vozarrón, que cuando parece que se va a estancar te pega un acelerón.

Y después de una canción con mucho ritmo pero cadencioso el disco se rompe con I Feel Good, que es casi Disco. Que de golpe se rompe con unas maravillosas trompetas, para devolverte al ritmo pegadizo de antes pero con alguna variante. Me gusta mucho y casi me gusta más el lugar en el que está colocada dentro del LP. Aparece en el momento justo para darle vidilla.



Ya estamos en la recta final, The Belle Album solo tiene ocho cortes, y el sexto es All in All, cancionzaca se mire por donde se mire. Si en misa me pusieran estas canciones me hacia monaguillo, en serio. Ese teclao, la trompeta que entra en el momento justo, el coro con sus uhuh y Al más moderado que de costumbre. Es maravillosa, no hay otra palabra para describirla, maravillosa...

Una vez pasado el orgasmo espiritual, aparece la grandiosa Chariots of fire. Un temazo funky, me encanta cuando baja el ritmo para cantar eso de Chariots of fire y de repente... zasca un saxofón rompiendo. Y llega el final, y con él la calma. Cuando ya has disfrutado como un crío, el reverendo te da la puntilla con una baladita de esas que le van tan bien a su voz. Quizás no llegue al nivel de temas anteriores, pero es que es buenísima también.

En fin, que os aconsejo que escuchéis este tremendo disco. Facilito, Al Green siempre tiró al mainstream, pero hecho con un amor y un saber hacer que acojonan. Y siempre lo digo, pero es que me parece ideal para iniciarse en el impresionante y tremendamente influyente mundo del Soul. Acercaos a la música de los negros, no seáis racistas musicales que no sabéis lo que os perdéis jeje.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Edwyn Collins - Losing Sleep


Palabras mayores para mi vuelta después de no sé ni cuantos días (Joder más de un mes!! Perdón, es que lo acabo de mirar). Pues no sé si es muy digno este comienzo para uno de (para mi) los mejores artistas que ha dado la gran Escocia, paraíso popero por excelencia. Y es que si no habéis escuchado a este hombre, por favor, buscad rápidamente el You can’t hide your love forver de sus maravillosos Orange Juice y disfrutad.

Como muchos ya sabréis el que protagoniza este post es el primer disco que saca Don Edwyn después de su recuperación del derrame cerebral que sufrió. Y aquí nos encontramos con el punto que me enfada de cómo se ha tratado este disco en la prensa especializada. Resulta que para realizarlo se ha contado con varios componentes de estos grupos que están “de moda” y Johnny Marr (Que siempre luce mucho poner el nombre del señor este, que por otra parte después de los Smiths me parece de lo más aburrido). Y es que los pelmazos de muchas webs musicales, de las que seguramente sigan los fans de la gente esta que ha colaborado, o revistas de tendencias y tal venden el disco como si se le hubieran salvado la vida al señor Collins. Y, la verdad, aquí los que se aprovechan son ellos. Canciones de este calibre no les salen a ninguno por su cuenta ni en el día más inspirado de su vida.

Bueno y ahora que me he quedado a gusto paso a mi tono pelotillero de siempre. Solo decir que nuestro escocés favorito ha sabido sacar lo mejor de sus colaboradores y le ha quedado un disco muy recomendable. Tanto que desde hace unos días es lo que más he escuchado de largo. Lo que tiene el disco que para mí lo hace tan encantador es un tono muy animado y vitalista, aunque posee algunos medios tiempos de estos que te dejan la piel de gallina.

Comienza potente, con el tema que da nombre al disco. Donde se desquita de sus fantasmas a lo soulero, muy Orange Juice. La verdad es que no me extraña que le haya puesto al disco el nombre de esta canción. Después llega la primera colaboración, la del cantante de los Cribs, más garagera. Y es que Ryan Jarman suena a iggy pop muchísimo. Tercera canción y aparecen los dos de Franz Ferdinand por medio, que intentan hacer su canción de siempre pero Edwyn consigue obtener los toques suficientes para ganar en rapidez, dejando sus coros pesaos en un segundo plano y mandando sus cambios bruscos de ritmo a la porra, como debe ser. Una canción muy apañada pues.

Y de repente vuelve la relativa calma con Humble una delicia con un teclado a ritmo de soul que te marca por donde va a ir la canción. De las que más me gustan desde luego. Come tomorrow, come Today es otra típica, típica canción con marca de la casa. Solo por las guitarras parece que la haya sacado del Rip it up, la verdad es que no sé muy bien por donde anda el señor Johnny Marr aquí. Bored resulta quizás más cruda, para mi es resultona pero no alcanza el nivel de otras. Séptima canción y aparecen los pelmas hype de la temporada por excelencia, sí, los hombres-flequillo de The Drums, quizás a los que más se les nota, y consiguen que suene a canción ya oída de los ochenta, que no está mal, pero se queda en eso un ejercicio de estilo de algo ya conocido.

A partir de aquí y hasta el final llega un tramo bastante diferente. Para empezar I still belive in you, otra vez con Ryan Jarman, me parece la canción que le faltaba al Home again. No tan simple como parece, pero muy directa. Over the Hill, otra vez Orange juice por ahí, con ese estribillo no hay quien se resista. It Dawns on me sigue un poco por la misma dirección, esta vez con uno de los integrantes de los Magic Numbers. Y no queda mal, aunque tampoco es la canción que recuerdas dos horas después de haber escuchado el disco. Pero abre paso a la absolutamente deliciosa All my days, compuesta con otro de los grandes, quizás más irregular pero con temas tremendos, Roddy Frame. Y es que entre el exOrange Juice y el exAztec Camera han conseguido un tema que es todo delicadeza. Y bueno, para terminar otra bonita canción Searching for the truth, que aguanta el tipo muy bien.



Así que nada,solo me queda recomendaros este Losing sleep de mi adorado Edwyn Collins. Y claro, tened en cuenta que al gustarme tanto este tío igual no soy muy objetivo jeje

sábado, 21 de agosto de 2010

Escuchas veraniegas

Bueno, ya estoy de vuelta. Sé que me hago de rogar entre post y post, así que pido disculpas por mi soberana vagancia. Aunque he de reconocer que, sí, es una de mis mayores “virtudes”. En fin, me voy a poner al lio.

El otro día me llamó la atención lo barato que estaba el abono del Ebrovisión y aunque realmente de todo el cartel a los que les tengo ganas de verdad es a los New Pornographers me decidí a comprarlo. Y resulta que mirando el cartel me encuentro con los Airbag, uno de los mejores grupos power poperos que cantan en castellano. Y claro, me han venido a la cabeza un montón de grupos mas o menos pequeños en repercusión pero grandes en cuanto a canciones. Y nada, que al estar en la época del año que estamos y con estas ideas rondándome la cabeza, me he propuesto comentar por aquí algunos discos con los que pasar un buen rato mojito en mano (puede ser del hecho a lo mamporrero como en el “super cool” Ondarra, o no).

Al final, por pura elección chorra, he pensado recomendar un disco del 2007, otro del 2008 y así hasta este año, así que voy a escribir un párrafo de cada uno en orden cronológico. Ínfulas que se da uno, oyes.

The Zebras – Worry a Lot

Algo hay en Australia con el tema del power pop. Siempre ha habido y hay grupos chulos de este estilo que salen de allí. Y últimamente los que mas me han gustado son los Boat People (mas que nada por su disco de hace un par de años) y estos The Zebras. Y es que en este, Worry a Lot, de los segundos nos encontramos con un Jangle pop resultón, con unos arreglos vocales muy al estilo de los teenage fanclub y lo de siempre melodía y melodía. You look ready es su single, pero yo me quedo con Fine lines una canción de las que te vuelven a la cabeza cada cieto tiempo. Ah y el disco está en spotify.


Airbag – Alto Disco

O lo que es lo mismo, los que me han hecho escribir este post. Alto Disco suena mucho a los Ramones. Estos son bastante potentes, a ratos casi se acercan al hardcore melódico, pero power poperos de espíritu y sobretodo letras. Me encantan salva mi domingo con su ritmo pegadicísimo y De un verano a otro con su comienzo surfero y su letra de desamores adolescentes. Probablemente uno de mis disco nacionales favoritos.


Mark and the spies – Give me a look

Bueno y ahora vamos con unos holandeses que suenan a ratos garajeros a ratos a los grupos de la British invasion(no sé si me ha quedado muy cutre esto en inglés). Así que, eso, que suenan sesenteros por todas partes, con hammond y todo. A mí me recuerdan horrores a los Badfinger. Buenísimas son sus Won´t work on me, de la que os pongo el video debajo, o Please think it over con su maravilloso teclado.


Octubre – Todo se lo lleva el viento

Bueno, y ahora los de este año. Octubre son murcianos y se han metido por vena los discos de Big Star y el Grand Prix. Y es que todo se lo lleva el viento (la canción) es lo que hubiese hecho Don Alex Chilton si le hubiese dado por cantar en español. Las composiciones brillan más en su parte instrumental que en las letras, que a veces me recuerdan a (Oh horror) a Sidonie. No obstante, el disco se disfruta en todo momento y Expreso de medianoche, No sé que hacer o En mi mente (los titulitos son pelín topicazo, sí) suenan muy bien.


En fin espero que escuchéis a estos grupos, si es que no habéis dejado de leer al segundo párrafo cuando ya se ve que voy a dar la kk con mi power pop de siempre…

P.D: Como se nota que es verano, mucho video y poca letra jeje
Para terminar dos regalazos:
Los Auténticos – La estrella

Los Auténticos - La estrella








Splitsville – Never fall in love again(Burt Bacharach)

lunes, 26 de julio de 2010

The Coral – Butterfly House


Estos días ha sido el Jazzaldi por aquí, así que me acerqué a varios conciertos. El último al que asistí fue el de los The Pains Of Being Pure At Heart, grupo al que sin ser uno de mis favoritos creo que lo que hacen lo hacen bien y resultan fáciles de escuchar. Cogí el autobús abandonando una suculenta cena con la agradable compañía de mi grupo de amigos, con la intención de reincorporarme después. Llevaba puestas a las Velvelettes en mi mp3 e iba en la más absoluta gloria.

Al llegar me encontré con un montón de gente, y pensé, a los conciertos vamos los mismos pelaos de siempre a ver si de todos los que están aquí alguno empieza a venir. Porque estaba contento y quería ser positivo… creo que me voy haciendo viejo porque la etapa snob la pasé hace tiempo jeje. Una vez allí me encontré con conocidos y no presté toda la atención que se merecía al grupo, para ser sincero. Aunque lo que escuché desde luego me gustó.

El hecho es que al terminar me encontré con una conocida que no veía de hacía tiempo, desde hacía unos tres años cuando apareció después de un concierto de los maravillosos Posies porque su novio pinchaba después. Pues cuando me paré a hablar con ella me empezó a hablar con ese tono de mirarte por encima del hombro, como si yo no hubiese ido a un concierto en mi vida. Y reconozco que le empecé a mirar raro, porque además no me dejaba ni hablar. Y al momento la situación se volvió más violenta si cabe. Aparecieron unos amigos suyos de estos modernos pijos diciendo que la tía de los teclaos estaba borracha (Así literal, pero con un tono de listillo ) y gilipolleces por el estilo y ya no pude más. Me despedí y me largué.

Este encuentro me hizo pensar(atención, a partir de aquí esto es un pelín topicazo), y le di vueltas a la idea de que había ido con las velvelettes contento perdido y que desde el punto de vista de esta gente nunca van a tener un momento de esos de felicidad escuchandolas(bueno, eso si saben quiénes son jeje Toma comentario snob por mi parte!) bueno a ellas o a cualquier otro grupo o nunca les va a salvar William Bell de una resaca horrible, cosa de esas… en definitiva, que no van a disfrutar de los momentos que hacen que esto de la música nos guste tanto. Y me hizo sentir tristeza por ellos, la verdad. Eso y recordar a los The Coral, que son un grupo maravilloso al que seguro que no le prestan atención.

Y es que con los de Liverpool siempre quedo satisfecho. Los conocí con su disco de debut cuando todavía me pegaba con el acné, recuerdo escuchar skeleton key una y otra vez, y les he sido fiel hasta hoy. Por eso siempre me alegro cuando sacan nuevo disco. Y desde luego este Butterfly House no me ha defraudado en absoluto.

The Coral hacen un pop con toques folk y psicodélicos(igual de estos menos que de costumbre en Buttefly House), si te los pones suenan a las Byrds que tiran de espaldas. Pero es que si me seguís es fácil intuir que a mí los Byrds me encantan. Y además está la personal voz de James Skelly que les da empaque a las canciones. Y encima uno de sus puntos fuetes siempre ha sido el de los singles, en todos sus discos hay dos o tres canciones de las que se te graban en la mente.

Lo bueno de su nuevo disco es que aparte de buenos singles, en este caso la canción que da nombre al disco y la maravillosa 1000 years, todas las demás tienen algo, brillan solas y no se entendería el disco sin una sola de ellas. Desde el comienzo hacen contigo lo que quieren. More than a Lover es hipnótica. Roving a Jewel suena más folkie con una armónica que en ningún momento molesta. Walking in the Winter da el toque de melancolía aun con un estribillo juguetón. Después Sandhills con su ritmo elegante. La mencionada Butterfly house, de las más psicodélicas quizás. Green is the color, otra que suena a años sesenta.


Y entonces llega Falling all around you que me parece deliciosa, de estas canciones que son pura delicadeza. Two faces, que es otra de mis favoritas del disco digna de Buffalo Springfield. Luego llega She’s coming around, más reposada y A thousen years que es maravillosa (de esta pongo el videoclip). Y para terminar Coney sland y North Parade que te dejan muy buen sabor de boca. En la edición limitada hay 5 canciones más y una versión acústica de 1000 years que sin llegar al nivel de sus “hermanas” aguantan muy bien el tipo.

En fin, un disco que os recomiendo y espero que escuchéis. Quizás The Coral no hayan inventado la rueda pero suenan muy bien y son un grupo más que digno. Lo teneis en spotify, así que no hay escusas…

martes, 13 de julio de 2010

Varios Artistas - Shake some action vol 7(USA)


Si miráis los tags del blog resulta bastante evidente que me gusta el power pop. Y una de las razones por las que sesudas incoherencias aparece en la parte superior de la pantalla va ligada a este estilo musical. Me explico, se supone que la música que no pertenece a la radiofórmula (No sé por qué me encanta esa palabra) ha de ser profunda y aportarte algo mas que un entretenimiento fácil, pero el power pop no tira de profundidad, sino de inmediatez (Lo que no quiere decir que no haya canciones cargadas de torpedos sentimentales). Y para mí lo que hace tan grande a los grupos que lo practican es que consiguen que canciones llenas de melodías pegadizas y guitarrazos lleguen a doler.

Shake some action es el recopilatorio de esos grupos que nunca tuvieron un éxito, igual esta no es la palabra adecuada, que no tuvieron la atención de los medios que merecían. Grupos que sacaron un solo disco, o ni eso, pero que poseían canciones que te dejan, como dirían los de muchachada nui, con el culo torcio. Y dentro de sus maravillosos ocho volúmenes, este, el séptimo, es uno de mis favoritos. Se dedica a grupos estadounidenses, yo diría que tirando para la escena de los ángeles. Aunque me gustan tanto y los escucho tan a menudo que voy cambiando de volumen favorito cada dos por tres.

El álbum lo conforman veinticuatro pildorazos pop que consiguen alegrarte el día, y la semana, y lo que sea. Nada más comenzar los The Tweeds con su underwater girl te muestran lo que va a ser el disco. Y llega Quincy con Turn the Other Way Around que le mete velocidad con un teclado hipnótico. Un rato después aparecen los The Now tocando Can´t fix me out with her, acojonante tema de los que quedan grabados en tu cerebro para siempre. Y a la que te descuidas, los Dirty Looks con esa joya que es Lie to me acojonante de principio a fin. Y The Leopards, que resultan irresistibles con I wonder if I’ll see you again, gloriosa, quién no se ha sentido nunca atraido por esa chica que coge el mismo autobús, tren o lo que sea que tú todos los días y nunca le has dicho nada…



Después del insuperable comienzo llega el para mi único fallo del disco, meter hanging on the telephone de Jack Lee. Y no es porque sea mala canción, que es buenísima, sino porque los Nerves son demasiado conocidos y altera un pelín la unidad del disco. Pero bueno, es por ponerse quisquilloso. Aparecen The Go con Don’t take her away, un tema casi mod y sigue la fiesta. The Marsalls y su I wanna be rich consiguen sacarte una sonrisa. Steeve Almas suena como si hubiese grabado el Whats the Matter hoy mismo.

Puf, lo que he escrito y voy por la mitad del disco… Para la canción número doce Pearl Harbour & The explosions (con ese nombre no pueden ser malos!!!) nos deleitan con Release it que tiene un estribillo que se te pega como el loctite. Regina Richards & Red Hot tocan Tiger dando el otro toque femenino del álbum dejándote con ganas de más. Un rato después Cris Moffa & The competition aparecen con Lunatics, losers and liars dando una pincelada casi punk, aunque les puede el pop. The Beatles Costello (otros con nombrecito) consiguen sonar como una versión un poco acelerada de los grupos de los primeros sesenta con Soldier of Love.

Para la recta final quedan canciones redondas como la vuelta al power pop de toda la vida con el Leave de los Regular Boys, la afilada Dress in Black de los Blackjacks, Little White lies de los Romantics y su ritmo medio Rockabilly, The Boyz con Laughs on meque te deja tomar aire, o Driving Guitars de D. Clinton Thomson con la que termina este séptimo volumen del Shake some action.



Bueno, veo que me he alargado bastante, y eso que no he escrito de todas las canciones. El disco lo merece sin duda. Solo me queda recomendaros que lo escuchéis y espero que disfrutéis tanto con él como lo hago yo cada vez que me lo pongo.