viernes, 21 de enero de 2011

Simth Westerns - Dye it blonde


Hace unos días me ofrecí a poner la música (ojo, no pinchar, que eso no sé) de la inauguración del piso al que se acaba de ir a vivir un amigo mio. Y decidí buscar canciones que pudiesen agradar a las amistades varias que se pasen por allí, en otras palabras, traicionarme un poquito a mi mismo. Y es que como los que asistirán a tal “magno evento” sospecho que no compartirán mis gustos/obsesiones musicales jeje me he puesto a mirar blogs de “indis modernos” a la caza de singles bailables, aunque en la lista ya he metido a los scientists (los neocelandeses) y la versión del cruel to be kind que ha hecho Kurt Baker, que hay que dejar el sello personal.

Y resulta que en una de esas búsquedas me crucé con un single mucho más clásico de lo que me esperaba, pero con una capacidad de quedarse grabado en el cerebro asombrosa. Era Weekend, de los para mí desconocidos hasta entonces Smith Westerns, su frescura y urgencia adolescente me encandilaron y rápidamente busqué el disco entero, aún sospechando que me defraudaría. Y para mi sorpresa, sin parecerme tampoco una cosa asombrosa, me parece un disco notable.

Los Smith Westerns son unos chavales de Chicago, que rondan los veinte años y se nota que han escuchado mucho al amigo Mark Ronson y a Gorge Harrison. Me hace mucha gracia las pintas que llevan, entre modernillos y típicos chavales que han empezado a escuchar lo clásico con lo que se empieza. Algo así como pantalones pitillo y converse con camisetas de los led zeppelin o el transformer de Lou Reed. Y se notan esas influencias en este Dye it Blonde. Que por cierto, es su segundo disco. Bastante mejor que el primero en el que tiran a sonar a distorsión noventera como todos los grupos, que ensalzan en sitios tipo pitchfork, y que se creen que han inventado la pólvora tocando así y solo aburren haciendo lo mismo que se hacía hace veinte años peor que hace veinte años.

Bueno, paso a comentar el disco que es lo realmente importante aquí y es para lo que estamos. La primera canción que suena es la ya citada Weekend, y empieza bien el disco. Aunque al principio parece que la producción se la va a cargar, se crece y se crece. Le sigue Still New, algo más pausada y con toques medio surferos, no está mal. Imagine Pt. 3 está muy bien, más animada y bailable. Esta me recuerda a ratos a George Harrison, no sé, por alguna que otra salida. All day young quiere tirar a terrenos más profundos con su medio slide y su piano, no es de las mejores pero tampoco desentona. Y la primera mitad del disco se cierra con Fallen in Love muy en la línea de la canción anterior.

A estas alturas, casi no te has dado cuenta y estás en la sexta canción. La muy recomendable End of the night, en la que vuelven a pisar un poquito el acelerador y se agradece. Le sigue Only one, a mi parecer, otra de las destacadas. Desde luego, muy original no es, pero suena muy muy bien con una guitarra siempre en su sitio. Bajan otra vez la intensidad, con la apreciable Smile que a ratos roza el ñoñerío sin caer en él, muy buena, la verdad.. Vuelta a la velocidad con Dance Away en el noveno corte, aunque con cambios de ritmo y toques bowie en la guitarra. Y para terminar, Dye the world, que posee una melodía muy popera ( como todas las canciones, vaya) que deja un buen sabor de boca.


En fin, un disco sin grandes pretensiones que te hace pasar un rato bastante bueno. Y es que me parece bastante acertado el que solo tenga diez temas. Siendo un disco tan homogéneo, si lo alargas puedes terminar cayendo en el que todo se convierta en una plastaza. Así que os lo recomiendo, vaya. Y espero recomendaros más discos en breve que ando medianamente libre estos días.