domingo, 10 de abril de 2011

The Professionals - I didin't see it coming


Todos tenemos un pasado, y todos nos avergonzamos de cosas de las que escuchábamos cuando el acné hacía estragos en nuestra piel. Aunque viendo según qué fenómenos musicales con los que nos machacan por los medios de comunicación, y sí, me refiero a lo del niño del flequillo, supongo que hay quién tiene, ha tenido o tendrá bastante de lo que avergonzarse el día de mañana jeje

El caso es que yo en la pubertad era bastante cazurro, sé que me tenéis como un gran gurú del refinamiento musical jeje Pero, sí, aunque parezca mentira, yo también tengo discos de esos que tiras o condenas a una caja de cartón en el trastero. Y con bastante delito, porque teniendo al alcance de la mano joyas como el debut de Ride, me dedicaba a escuchar hardcore melódico, pero en vez de dedicarme a escuchar grupos buenos de ese estilo (que los hay) me ponía cosas tipo millencolin, sí, he puesto cosas aposta.

Y bueno, supongo que todos estos grupos nacen de escuchar a gente de los ochenta tipo the addicts, black flag o los dead kennedys para con esas influencias dedicarse a intentar destrozar todo un género. Ahora, dentro del punk primigenio los que somos más pop siempre tiraremos más a lo que es el punk que derivó a corrientes más “blanditas”, como hicieron otros como los Professionals.

The Profesionals se formaron de las cenizas de los sex pistols. Digamos que es el grupo de los segundones, por decirlo de alguna manera, si los que todo el mundo conoce son Johnny Rotten y Sid Vicious , the professionals lo forman Steve Jones y Paul Cook, guitarra y batería de los pistols respectivamente, junto con los músicos de estudio que utilizaban cuando Johnny Rotten abandonó el grupo.

Bueno, pues estos señores se sacaron de la manga un disco en 1981, I didn’t see it coming, que es una absoluta maravilla y que no tuvo el reconocimiento que se merecía por venir esta gente de donde venía. Pero, arriesgándome a algún abucheo, puedo afirmar que me gusta más este disco que cualquiera de los Sex Pistols, y es gracioso porque algo parecido me pasa con P.I.L, con las tonterías del Sid Vicious no.


Y es que muchas son las virtudes de este disco, empezando por la impactante, nunca mejor dicho, portada. Realmente, la sensación que me provoca es la de que es ponerlo y no dejar de sonar pelotazos, uno tras otro, hasta que se acaba. Con canciones algo más largas de lo que acostumbraba el punk, en vez de los dos minutos de media tenemos cortes de tres o tres y medio, pero sin perder potencia ni inmediatez.

Si nos centramos en el valor musical de las canciones, me encanta que de dieciocho que forman el disco ninguna se haga pesada pese a lo homogéneo de las mismas. No hay virtuosismo a la hora de tocar ningún instrumento, ni creo que lo buscasen los Professionals al grabar el álbum, pero cumplen su papel de zarandearte a base de guitarrazos y ritmos acelerados a la perfección. De hecho, canciones como Just another Dream, The Magnificent, Northern Slide (quizás mi favorita), Friday Night Square, All the Way, Crescendo, 1-2-3 o Has anibody got an albi están, para mí, entre lo mejor de lo que hicieron todos estos grupos de finales de los setenta, principios de los ochenta que tanto deben a los Ramones.

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